Una Caperucita peculiar. No me importa lo que le pase a la abuela ni al lobo que se comió la merienda. Un poco cheesy la ilustración, pero tronco de texturas.
Esta caperuza huele a hardcore. Royo, Bisley, Frazetta y la lista larga de autores, pintan esas mujeres exóticas, sensuales, con cara de haberse quemado los dedos con el jarrito del café, pero con una técnica y un sexo por suceder sin discusión. ¿Dónde están esas mujeres? A nadie le importa. Los Ashley Wood y compañía nos evitan tener que buscarlas por ahí.
By the way, el autor de la Little Red Hood es Hoang Nguyen, vietnamita, león.
De las cosas que dan vueltas y vueltas en plan boceto, hay algunas que nunca salen a la tinta. Hay otras que tienen que ser haladas por las orejas.
Esta vez, el tirón viene por un email que me mandaron los del Universal Syndicate. Lo sospechado, los finales de la mitad de las tiras que les mandé son predecibles. Me dí cuenta también de que estaba metiendo de personaje principal al más flojito en el departamento de gags, que es Meodore, aprendiz de político. Pero eso lo vine a notar cuando estaba imprimiendo en Kinko's y me puse a ver las historietas por orden y en hard copy. Cuando lo vi me cayó como una patada, pero ya no tenía tiempo de nada. Plus, necesitaba el feedback de alguien de la industria.
Por eso cargué con mis libracos para Ohio. Mientras más leía, más me daba cuenta de que habían cosas mal, dispersas y tomadas por los pelos.
Esto pasa por dos razones fundamentales. Una es que nunca he podido dibujar con constancia, varios días seguidos, sin dedicarle tiempo a escribir. Cuando uno escribe es que empieza todo, y no siempre cuando a uno se le ocurre algo, solo toma forma cuando lo pone en el guión. Y así todo, hay que pasar por varias versiones y borradores.
La otra razón es que demasiadas veces he dibujado malas traducciones de historietas pensadas en español y eso es fatal, para no decir una barrabasada.
Pero el editor del Universal tuvo la delicadeza de darme el bate explicación mediante, cosa que hacen poquísimas y muy contadas veces. En el 95% de los casos (según ellos) se limitan a mandar una cartica modelo como las que manda el New Yorker.
Por eso voy a empezar de nuevo. De cero casi. A marcha forzada. Menos personajes, otro enfoque, más ángulos.
En eso me he metido estos días. Uno se piensa que hacer historietas es hacer caricaturas editoriales y no es así.
A veces le doy de largo a un garabato, y luego el muy hijueputa quiere zip code y todo. Ahora tendremos tanda de Ian y Frank. Ian ya ha salido con su mata parlante y Garbo, el de la basura.
Don't take shit from anybody.
-Billy Joel, al terminar sus conciertos.
-Billy Joel, al terminar sus conciertos.
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