


Originalmente, el dibujo que sigue abajo llevaba una imagen de un dólar en el globo del paciente oftalmológico.
Pero una gordita a la que quiero mucho me dijo hace poco que yo era (no recuerdo bien para citarla) un depravado sexual.
A mucha honra, ojo.
Cosa de no defraudarla, cambié el dólar por algo más espiritual, que no hay que metalizarse.


Congrats al Ernesto canadiense, que se estrenó t-shirt de las recién impresas.
Atta boy!

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