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Al fin Sarmiento tiene su sitio web, y la verdad es que me ha cuadrado mucho. Ya lo verán, supongo. Hay un contraste entre el diseño sobrio y la estridencia de los dibujos. Hace unos años, rabia y estilo tales lo hubieran etiqueteado de underground, a vivir vete a saber de qué.
Pero, Robert Crumb mediante, el paisaje es otro. Por suerte, ¿no?
A Eduardo Sarmiento lo conocí cuando era de la tropa de El Camaleón, sin graduarse del ISDI todavía. El Camaleón era ( y debería ser todavía) un grupo de diseñadores e ilustradores que sonaron lo suyo hace unos años y tuve el placer de exponer con ellos una vez.
Pero hablaba de Sarmiento. Su estilo me recuerda al Lauzán recién desencadenado de los dibujos de academia y sin miedo a los colores, ni a blandir la escatología de vez en cuando para hacerse oír. Igual de irreverente, y eso, conmigo, tiene carta de crédito a cualquier hora.
¡Métele, Rufino!

Nos dice la NASA, que si el lunes tempranito en la mañana ven un cielo que parece sacado de un screenshot de Halo 3, es porque cosas raras y bonitas van a pasar.
Eso espero.

"... Imponer al alumno Fernando Rodríguez Rodríguez la medida disciplinaria de expulsión de la Educación Superior, según lo establecido en la Resolución No. 200.84, artículo 37 inciso a)..."
Así empieza el segundo folio del acta redactada en el ISDI el 1ro. de junio de 1993, en al Año 35 de la Revolución.
No se murió nadie, nadie se desmayó, ni se cayó el techo ni se lloró ni nada. Todo normal. Otra campaña esterilizadora, otra derrota para las fuerzas del mal dizque socavan los recintos de estudios superiores en el cayo.
Y ahora, yo pregunto: ¿Para qué? ¿Para qué ha servido todo eso, aparte de para joderle la carrera a mi hermano y a otro amigo? ¿De qué va a servir la Batalla de Ideas? ¿Para alargar la agonía?
En el ISDI, y en Educación Superior en general, se han graduado profesionales de prestigio y talento. Pero también su mequetrefe mediocre que ha sabido mantener su perfil bajo y cumplir con la FEU, la UJC, los CDR, et al.
Contrario a lo que piensan muchos rígidos de cerebro -en Miami y en otras partes- para estudiar en la Universidad en Cuba no hay que ser militante de la UJC. Es más, hay algunas especialidades donde el aval político es secundario.
Pero no te me pases la carrera burlándote de los discursos del comandante, ni tirándole curvas a las reuniones de la FEU, ni burlándote de los dirigentes socotrocos porque eso sí que no va, mi socio.
Tal y como le dijo una profesora a mi hermano en aquel día de sanciones, era preferible graduar diseñadores mediocres que diseñadores contrarrevolucionarios.
Yo sé que historias como esa han pasado en el cayo, y peores también. Pero, coño, yo sigo preguntándome: ¿De qué va a servir tanta politiquería? ¿Tanto cuidar una ideología que no ha hecho otra cosa que dar bandazos y cobrar víctimas como otra cualquiera? ¿Con qué cara se va a criticar al que haya dicho: "Si no estás conmigo estás contra mí"?
Cuando pasen los años, ¿de qué va a servir la vigiladera, el miedo, la delación, la confusión, el silencio por conveniencia? Lo digo porque yo me callé mucho y me hice el comemierda muchas veces, y no me hace ninguna gracia. Pero yo he tenido suerte. Otros no.
En "Video de Familia" de Humberto Padrón, la escena final muestra a los protagonistas abrazándose en plena catarsis, y de fondo, Carlos Varela machacando que no sirvió de nada, dee naada...
A ver si toman nota los pobres diablos que quieren cuidar no sé bien qué.

(El fede me mandó la foto. Tampoco él sabe el autor)

En Liboriolandia, un par de reflexiones sobre nuestro himno nacional. Ese que en los actos todo el mundo canta bajito y con pena.